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El mercado negro de los animales silvestres causa la muerte del 80% a 90% de las especies que transporta, porque los someten a condiciones de estrés, maltratos, los mantienen sin comer y no atienden sus enfermedades. Y a los traficantes no les importa que muera la mayor parte de su mercancía porque, para ellos, el pago que reciben por los pocos animales que logran vender lo justifica todo. No basta que se hagan operaciones para incautar animales silvestres en la ciudad, nosotros debemos abstenernos de comprarlos.
Recuerde, sin demanda no habría comercio. Los animales están presentes en nuestras vidas todos los días, Ellos tienen un impacto profundo sobre las vidas de todos los que habitamos la tierra. Son una parte integral de la dinámica de la vida:
• Millones de personas en todo el mundo tienen animales como compañía.
• Más de mil millones de las personas más pobres del mundo dependen de los animales para sobrevivir.
• En el mundo hay unos 500 millones de perros y una cantidad similar de gatos, se estima que el 75% son callejeros.
• Millones de animales silvestres son muertos de forma brutal, capturados o traficados en el mercado negro. El tráfico ilegal de fauna silvestre genera miles de millones al año, superado solo por el contrabando de armas y drogas.
• Uno de cada cuatro mamíferos está en riesgo de desaparecer para siempre, en gran parte, por las actividades humanas.
El tráfico es también depredador y contribuye a la escasez, ya que sólo uno de cada diez animales arrebatados a su medio natural llega vivo al comprador final. Pocas personas consideran un delito adquirir hermosos pájaros y monos sacados de su hábitat en países lejanos, y mantenerlos cautivos en un zoológico particular es un deseo de muchos. En consecuencia, el contrabando goza de cierta impunidad. El mercado internacional está estimulado por personas que buscan ejemplares raros, pero incluye también a la industria farmacéutica, que compra especies venenosas, como arañas y serpientes. Se trata de la llamada “Biopiratería o tráfico de especies raras”, que paga solamente, centavos de dólar por cada animal en los países pobres y alimenta la lucrativa producción de medicamentos.
